martes, 15 de noviembre de 2011

No, en 1812 no había internet


Si. Con su aguilucho rampante y todo. Vengo a hablar de un tema que ya mencionó el pasado sábado mi compañero Bermauntier, pero que no puedo resistirme a debatir yo también. Primero, la referencia en el diario:
"(...) Otro de los temas que más preocupa a los aficionados es la forma de adquirir las entradas. El pasado año hubo un aluvión de críticas a la frialdad que se vivía en algunas funciones, con un Falla lleno de espectadores de fuera, perdiéndose buena parte de la salsa de la fiesta gaditana. En este caso, y debido a las peticiones generalizadas de los grupos y colectivos carnavalescos, la venta de entradas se realizará, en primer lugar, a través de la taquilla del teatro, pero con el mismo método de estos años anteriores. Es decir, sistema personalizado, con un máximo de dos entradas por persona, acudiendo con el DNI. Se estimará un plazo en el que se podrán adquirir las entradas en taquilla y, transcurrido ese plazo, las entradas restantes pasarán a poder adquirirse a través de internet. (...)"

Decididamente, en Cádiz han pensado que para celebrar el Bicentenario tiene que reinar un ambiente añejo, así tornando a sepia (y esperemos no pongan pulverizadores con "Eau de Naftaline"). Yo siempre he sido un defensor a ultranza de que el COAC es un concurso de Cádiz, para los gaditanos (y después para el resto, por supuesto) y dónde los problemas gaditas deberían de ser tratados en sus letras antes que los del resto del mundo (ahora más de un chauvinista no llevará seguro en el repertorio el paro imperante a nivel global, por entender que no habla en sus letras solo y exclusivamente de Cádiz, por más que lo haya tenido año tras año en la boca).

Dicho lo cual, me parece una manera rastrera, literalmente, de echar a los aficionados de fuera de las grandes citas que se den en el concurso. Aficionados de Puerta Tierra p'acá que, jamás me cansaré de defender, forman una parte importantísima de esta fiesta y que en los últimos años han estado con sus agrupaciones en la propia final del Concurso gaditano. Y que ahora, con esta maravillosa medida que nos traslada a la época del casette y la discoteque, tendrán que verse obligados a repetir los viajes hasta la ciudad, el pasar la noche (o mejor dicho rato) de turno en el hotel, sufrir las temperaturas invernales, y un largo etcétera de comodidades que acompañan a esta maravillosa idea retro. Indudablemente, los 80 han vuelto.

Y luego tendrán la poca vergüenza más de uno y de dos, de cuándo las sesiones sean inaguantables y no vaya al teatro ni la madre que los trajo a este mundo, de cantar "que los de fuera no son carnavaleros de verdad". Si, por no llenarles un teatro al que no acudirán ni ellos mismos. En mi casa se ha dicho siempre "lo que tu no te quieras comer, no se lo des a los demás", pero supongo que es cuestión de educación.

pd.: En tiempos de crisis, y en cuanto a hacer dinero que es de lo que trata el asunto, quitar esta facilidad no creo sea la mejor de las ideas. Pero bueno, confiemos en que el pueblo de Cádiz me quite la razón y llene todos los días el teatro de forma que vendan parcelas del propio suelo pa' ver las sesiones en esterillas como si se estuviera en la playa de la Victoria, ¿verdad?

1 comentario:

Alfred dijo...

O esperemos que todo esto ponga definitivamente de manifiesto que el Concurso, tal y como está planteado, cada vez les (nos) interesa menos a los gaditanos, que es a quienes fundamentalmente les (nos) tiene que interesar, y quien corresponda, en consecuencia, se decida de una vez por todas a hacer algo al respecto.

Quién sabe...