martes, 28 de febrero de 2017

COAC 2017: Lo que el ojo no vio

No, hoy no viene Bermauntier, ¡que lo tienen ustedes más p'allá de Puerta Tierra, disfrutando de las calles de la tacita, la verdadera razón y origen del Carnaval gaditano!  Yo sin embargo no tengo tanta suerte, y vengo a regalarles un ratito de recuerdos -pero no se preocupen, que la tradicional "Visión general razonada" de mi compañero llegará el próximo sábado- de este histórico Concurso que hemos vivido hasta hace apenas tres días.  Un recorrido por muchos momentos, cuyos detalles pudieron pasar desapercibidos por los espectadores de los diferentes canales, y que a mi manera de ver multiplican por mil el encanto carnavalita de este COAC 2017.

Los ojos más deseosos de descubrir las coplas se olvidaron del tierno momento que supuso el beso de Carli Brihuega a su hijo Javi nada más incorporarse a la primera fila de Los equilibristas tras la presentación:

Los ojos más desesperados no aguantaron hasta el final de Los sobrinos malos de Chuki Norris para descubrir como celebraron su pase tras la caída del telón.   Un auténtico éxtasis digno de un programa de fenómenos paranormales:

 La cara de felicidad de Juanlu Cascana en el momento Titanic del vídeo de presentación de La revolución de las mariposas, así como el propio vídeo, han sido poco comentados para todo el arte y age gaditano que contienen.  Legendario:

Los zoquetes que no soportan las agrupaciones femeninas se perdieron en Cuartos de Final la reafirmación de sentimientos que nos regaló el enmorecío Manolito Santander besando las manos de su hija en pleno tango del coro de Mi Gaditana.

Y por ende, tampoco apreciarían como se acercó Antonio Álvarez el Bizcocho a una desconcertada Alba, la bombista, segundos antes de empezar a interpretar un pasodoble que ya queda en la memoria del buen aficionado.

Nadie olvidará la caída que sufrió uno de los integrantes del cuarteto Lo que el viento se llevó -y mucho menos él, que clavó las rodillas en las tablas- al poco de empezar su parodia en semifinales.  He aquí el instante justo en que el pie comienza un endiablado enredo con la tela que simulaba la arena:

"Si, si, me esperan... si... mi mujer, le he robado mucho...". Tampoco pudieron nuestros ojos escuchar como el maestro Antonio Martín enmudecía en plena respuesta a la pregunta de Soco López.  Emotivo, un instante que hizo crecer aún más su leyenda desde el plano más humano.

Ni ver como Zeus, minutos después, reivindicaba con sus gestos la grandeza de la figura del coplero tras terminar de interpretar el pasodoble que los hermanos Márquez Mateos le dedicaron.  Grandes gestos, más recordando su salida hace años ya del comparsista de su agrupación.

Tampoco repararon muchos en los aplausos de Fernandi al respetable, tras la interpretación del primer tango de Las coplas recuperadas, actuación con la que, reconoció después a los periodistas, disfrutó como nunca había disfrutado sobre las tablas del Gran Teatro Falla.

Y no nos dejaron ver en Canal Sur la subida de telón y los primeros instantes del cuarteto del Gago en la Final.  Tras los anuncios, esto fue lo primero que vimos en directo.  Bochornoso.

¿Y Juan Carlos Aragón, cuándo salió a despedirse del Falla tras la actuación de sus Los Peregrinos?  No lo sabemos, pero si que pudimos ver como los primeros gestos de cariño fueron para Javi Bohórquez, su histórica mano derecha.

Solo los ojos más finos pudieron descubrir el abrazo en el que se fundieron Manolito Santander y Carlos Pérez sobre las tablas del Falla tras terminar su repertorio, aún con las cortinas levantas.  Amistad, cariño y adoración en un mismo acto, que traspasa la pantalla.

Tras el pase de semifinales de La Eternidad, todos los ojos estuvieron puestos en la Gran Final en Tony Piojo.  Sin embargo, es muy probable que tanta malicia no dejara apreciar a muchos el papel que Rafael Velázquez, director de la agrupación, que estuvo en todo momento atento a su compañero, con multitud de gestos a lo largo de la actuación de la comparsa.

Y para terminar, un bonus track en forma de un pregonero, que con todas sus peculiaridades y los muchos años que acumula a sus espaldas de vida y coplas, no dudo un segundo en arrodillarse al final de su pregón ante el pueblo gaditano.  Antonio Rico Segura, Pedro el Majara, para la historia.

Espero les haya gustado este post, primero de muchos que vendrán tras la Final, que el COAC y el Carnaval nos ha dejado y dejará aún muchos recuerdos que nosotros les traeremos, para que este rincón se convierta en un punto donde puedan acudir a rememorar los mejores momentos de un Concurso que será recordado en el futuro.  ¡Feliz Carnaval y feliz semana!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

chicos, ¿que pasó en semifinales con el piojo?

Bermauntier dijo...

Pues creemos que algún tipo de problema en la garganta. Ya supimos de un nódulo el año que salió En el mercado de las maravillas y apenas hizo nada pero este año, con toda la carga que lleva en el repertorio... En definitiva, creemos que algún tipo de afección. Es muy común la faringitis crónica entre gente que tiene esas tesituras.

Anónimo dijo...

Migueles: "La eternidad, la mejor escrita. Peregrinos, mejor cantada. Equilibristas, la que más pellizco. Irracionales, la más equilibrada"