domingo, 3 de septiembre de 2017

El Pay-Pay es lugar para coplas, y La Caleta no.

Familia carnavalita y carnavaliense, ¡se nos fue el verano!  Y con él, nuestras santificadas vacaciones, que por mi parte he tenido la suerte de disfrutar en Cádiz.  Una semanita que me dejó un sabor de boca maravilloso, pese a que la experiencia en el Entierro de la Caballa no fue tan grata como imaginaba sería.

Pero comencemos por el principio, yo llegué el lunes 21 de Agosto al barrio de la Viña, donde teníamos un apartamento reservado la mar de cuco. Para el miércoles ya había un planazo: El Rinconcito de los Milagros, la comparsa de nuestro último entrevistado Fran Quintana, cantaban en el Pay Pay.  Una actuación muy especial, que colmó de sobra mis espectativas, y para el que les escribe fue el regalo carnavalero de la semana.


Nunca había estado en este conocido Café-Teatro, del que todos hablan maravillas, de manera pienso más que merecida.  La cercanía con el grupo hace que uno pueda disfrutar de cada matiz, cada intención de música y letra de una manera más que directa, y la comparsa de este 2017 de Quintana, así como su antología, propician en un directo de estas características una experiencia maravillosa para el fan del Concurso gaditano.

Como extra, el propio autor, al que tuve la suerte de presentarme en persona antes de la actuación, y con el que disfruté de intercambiar impresiones, preparó para la ocasión con su grupo un repertorio especial, donde nos regalaron letras inéditas en el concurso, el popurrí de este año interpretado de una manera única, o al propio Fran interpretando alguna de sus letras:


El repaso por las letras de los últimos años de la comparsa, y de los primeros del autor, evidenció lo ensayado que está el grupo, que cuida muchísimo, y se nota, que el conjunto prevalezca frente a la calidad de una u otra voz privilegiada.  Como le dije a Fran al final de la actuación, el grupo suena como un cañón, e indudablemente es cuestión de tiempo que la calidad de sus letras junto a la de las voces del grupo sean recompensadas con un puesto en la Gran Final.

Una actuación maravillosa, donde Fran Quintana se esforzó por presentar y explicar con mimo cada entresijo del repertorio interpretado para los de allí, y para los de que eramos de Puerta Tierra p'acá.  Si tienen oportunidad de verlos en directo, no se la pierdan.

Pero no acababá aquí la cosa, el sábado era el XXXII Entierro de la Caballa.  Una cita indispensable pensaba para despedir el verano con coplas gadiritas en La Caleta, que este año pregonaba Antonio Pedro Serrano "El Canijo". ¡Casi ná!


Y si, la llegada de la gran Caballa fue muy divertida y charanguera, y al autor sevillano se le pudo escuchar un buen pregón, donde alabó a su amada tacita como hijo adoptivo, y también tuvo lugar de arremeter contra tanta mente obtusa que hoy gobierna, atenta y se manifiesta sin mirar más allá de su propia nariz.  ¡Bravo Antonio!


Pero tras él, se dejó de poder escuchar.  El cartel merecía la pena, y mucho, con las agrupaciones de Pastrana padre e hijo, y la de Antonio Martín, a la que no escuché por desesperación propia: la actitud del respetable era insoportable, ante un sistema de sonido que no era ni mucho menos el más óptimo para el disfrute de las agrupaciones en el lugar que nos encontrábamos.  Mientras que un grupo de vecinos, buenos aficionados, intentanba escuchar en sus sillas de playa de lo que ocurría en el escenario, otro buen grupo de vecinos fueron allí a hacer botellón y a contarse sus vidas.

Y no, no eran chavalillos de dieciocho años, no.  Había gente joven, pero también gente con muchos tiros dados en el lomo (algún comparsista conocido included) como para no entender que las playas gaditanas son los suficientemente grandes como para irse a beberse un vaso más p'allá de La Caleta, donde no incordiaran.  Porque fue un incordio no poder entender nada de la actuación de la comparsa de Pastrana, por ejemplo.  Y eso que hasta cambiamos de posición y nos pusimos algo más cerca.  Pero no.


Por lo que no, La Caleta no es lugar para coplas, sino para copas.  Mientras que los de allí no entiendan a lo que se va en estos actos, poco podemos hacer los buenos aficionados, ya sea uno gadirita, beduino o de Puerta Tierra p'acá.

Ya nos tienen aquí, con las pilas cargadas de buen COAC-naval, y desde el próximo martes les traermos toda la actualidad de sus agrupaciones favoritas.  Que nuestras semanas de ausencia han dado para mucho en La Tacita. ¡Hasta el martes!

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